En la ultima década Silicon Valley ha tenido, otra vez, un enorme crecimiento. Tanto que los trabajadores de este lugar se sienten desconectados con los problemas que aquejan al resto de los trabajadores en la actualidad.

 Los empresarios tienen más dinero del que necesitan porque es fácil conseguirlo, ya que hay inversores Ángeles en abundancia. Casas multimillonarias en lotes de tamaño inmenso se están vendiendo antes de preguntar precios, a veces en efectivo. Y el Porsche Cayenne califica como un coche familiar.

Pero esos son sólo los signos más evidentes de cómo Silicon Valley es único en este momento. Lo que he notado últimamente es un fenómeno nuevo, más sutil en la tierra de la tecnología que esta dando nueva forma a algo más grande que sí mismo. Ahí la gente ve su trabajo y sus carreras diferentemente que la mayoría.

LA gente que trabaja en Silicon Valley tiene otra mentalidad acerca del trabajo que el resto de las personas. La mayoría de las personas que han logrado cierto éxito ven sus carreras muy fluidamente y actúan como empresarios. Algunas de ellas lo son en el sentido clásico: comienzan las empresas. Pero muchos no. Estos son consultores, socios de las empresas (empresa, relaciones públicas, marketing), periodistas o empleados y ejecutivos tratando de aumentar las filas de las empresas grandes y pequeñas.